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Vacaciones y diabetes

Vacaciones y diabetes

Las vacaciones son el momento de distensión por excelencia y en el que suelen soltarse las rutinas. En este año, además, la tensión de una pandemia que aún está en curso, supone la necesidad de gratificación y la inclinación por la búsqueda de un momento de alivio.

Los especialistas del ministerio de Salud argentino, la OMS y distintas entidades sanitarias, proponen varias medidas para mantener la diabetes a raya. Con una serie de pautas sencillas puede garantizarse el cuidado y la prevención de complicaciones: el punto central está en intentar acomodar las rutinas, aunque sea unas diferentes. Para el paciente con diabetes es crucial la ingesta de alimentos equilibrados varias veces al día y la correcta dosificación de las medicaciones recetadas por el médico.

Además de sostener una rutina alimenticia -a sabiendas de que las vacaciones son momentos de relajación en el cuidado-, se suma la recomendación de mantenerse ejercitado. En la pandemia actual, el aire libre es clave, por lo que se recomienda ejercitarse en ese ámbito.

Si hablamos de ejercicio, de sostener rutinas adaptadas a épocas de calor, también hablamos de hidratación. Durante el verano el organismo pierde más líquido y es normal caer en etapas de deshidratación que, en pacientes con diabetes, son complejas porque aumentan los niveles de glucemia. Recordá tomar varios litros de agua por día y especialmente si realizás ejercicio. También es clave controlar los niveles de glucemia antes y después de ejercitar.

Además, en los pacientes diabéticos mayores, se produce un problema conjugado porque a la diabetes y la deshidratación se le puede añadir problemas renales, con la urea y la creatinina, explica la diabetóloga y especialista en nutrición Zulema Stolarza (MN44455), porque ante un aumento en los valores de glucemia se produce mayor eliminación por vía de la orina, lo que aumenta la deshidratación.

A raíz de este modo de actuar del organismo, se aconseja que los adultos con diabetes ingieran hasta un 10 o 20 por ciento más de líquido que las demás personas: si un adulto promedio debe incorporar -porque su cuerpo ha de eliminarlo- alrededor de 2,5 litros al día, un diabético precisa entre 2,8 y 3 litros.

Para quienes se aventuren a sitios sin refrigeración, o estarán varias horas fuera de casa, es aconsejable que preparen un bolso o mochila con los medicamentos, los elementos para medir la glucemia, botella de agua y raciones de comida para mantenerse siempre con niveles equilibrados. Y como hemos hablado en diversas ocasiones con los expertos en pie diabético, es necesario reforzar la idea de calzados cómodos que eviten el rozamiento y las heridas en los pies. Es clave evitar estar descalzos para evitar problemas a partir de heridas ocasionales.

Pie diabético es una lesión del tobillo hacia debajo de un paciente diabético. Esa lesión puede ser por varias causas. Puede ser por traumatismo, por pincharse con un clavo, un tornillo o por pisar viruta. Es muy común que el paciente, aunque no debería, ande descalzo y como tiene pérdida de la sensibilidad, se corta y no se da cuenta. Y esa úlcera, al tener también problemas vasculares, no va a llegarle bien sangre y va a costar que se cierre. Llega un pie diabético con un estado de la lesión que uno no hubiera creído, y a veces el paciente como no le duele, no consulta con el apuro que tendría que consultar, nos explicó hace tiempo la especialista Mabel Carrió